Tras las elecciones del 26 de junio parece haberse instalado entre los líderes de nuestros partidos políticos una sensación fatalista, una derrota intelectual, una incapacidad reactiva. Están como alelados, como en trance. El único que parece algo más resuelto es Rajoy, que se ha creído el cuento de ser el ganador, el elegido por los españoles. No deja de ser la misma alucinación, la misma estulticia, que afecta al resto pero que a él reconforta. Está crecido.
A ello contribuye un ejército de opinadotes a sueldo, creadores de tendencias, que entre la mediocridad de sus memes están vendiendo a la ciudadanía una gran mentira: Esa que afirma que solo hay dos posibles salidas a la elección de los ciudadanos: El gobierno de la derecha con la abstención del PSOE o el gobierno de la izquierda con el apoyo del nacionalismo. Ninguna de estas opciones entusiasma a los ciudadanos: La mayoría no queremos más recortes y tampoco hipotecas nacionalistas.
Parece claro que el PSOE tiene las llaves del gobierno pero anda catatónico y atado entre ambas opciones. Incapaz, al parecer, de vislumbrar la tercera y más factible salida. Una salida en donde es la clave y la centralidad. Pero para ello ha de ser capaz de superar el shock, palparse y comprobar que a pesar del batacazo no se ha roto ningún hueso.
Por que digo yo que entre los votantes del PSOE lo prioritario no es la consolidación de Pedro Sánchez como líder socialista. Pienso que lo qué les impulsó a votarles fue la recuperación de una visión de una España más social y más justa.
Y también, digo yo que entre los votantes de Unidos-Podemos lo prioritario no es el referéndum en Cataluña. Es más, creo que la preocupación principal de sus votantes es acabar con las políticas de recortes impuestas por la Troika.
Que no, que no ha habido sorpasso, que el cielo puede esperar y que ahora toca aterrizar y ver lo mejor para los de abajo, si es que en verdad son lo prioritario.
Y digo yo que entre los votantes de Ciudadanos lo prioritario no es mantener al PP en el gobierno. Los que no les han abandonado en esta votación es por que creen que se necesita una renovación democrática en España, seguramente desde posiciones moderadas.
Parece que es tiempo de despertares y no de amodorramientos, es tiempo de salirse del marco, de apostar por la mayoría y olvidarse del propio ombligo; es tiempo de generosidad y de grandeza de miras. Es tiempo de ceder en lo particular para ganar en lo general.
Es tiempo de una coalición de gobierno progresista. Un gobierno apoyado por PSOE, Unidos – Podemos y Ciudadanos. -¡Los que quieran rasgarse las vestiduras desde el puritanismo dogmático que esperen sentados a que Rajoy forme gobierno!-. Un gobierno para una legislatura corta y que aborde la regeneración democrática que el país precisa. Con un programa de mínimos donde «debería figurar, de entrada, una reforma de la ley electoral que haga más representativo el parlamento aumentando la proporcionalidad, a la vez que facilite la formación de gobiernos primando las mayorías, aunque no sean absolutas. Debería impulsar con energía la renegociación con Bruselas de los plazos de reducción del déficit mientras se buscan aliados europeos para cambiar esa nefasta política deflacionaria a fin de permitir una recuperación de la inversión pública en servicios fundamentales. Debería igualmente invertir la tendencia a la degradación de las rentas salariales, tanto por razones de justicia como de racionalidad económica, a fin de favorecer el consumo y la actividad económica general. Cumplidos esos objetivos, podrían convocarse unas elecciones anticipadas que, con el nuevo sistema electoral, reflejaran mejor eso que Rousseau llamaba la “voluntad general”.(TopoExpress.Investiduras)».
Es una alternativa posible con el 58% de los votos detrás y 188 diputados.
Enrocarse cada uno en su organización a la espera de que mejoren las expectativas, paralizarse, interiorizarse, autocompadecerse no es una opción.
Como decía el 4 de julio en el artículo ¿es posible un gobierno progresista?, no me fío de ninguno de estos líderes, pero, si son capaces de superar su ego, la alternativa es posible.
Veamos posibles coaliciones:
Es evidente que la primera y tercera son improbables de concretar. En el caso de la primera las reticencias de C´s a integrar un pacto con los nacionalistas la hace imposible. La opción que pretende Rajoy es que el PSOE le deje gobernar en minoría. La tercera, aunque deseada por Podemos tiene las reticencias de un PSOE no dispuesto a transigir con plurinacionalidades y referéndums (le va en juego su propia existencia).
La segunda es ciertamente una opción ideológicamente contradictoria, pero tiene la virtud de limar los extremos –el liberalismo de C´s y el “referumdismo” de Podemos-. Esto permitiría una centralidad en torno a temas de regeneración democrática y mejora de condiciones sociales. No es la cura de Fierabrás pero, como apuntaba en la referencia del TopoExpress, es una opción limitada en el tiempo y con objetivos asumibles por la mayoría. Es la opción mayoritaria y, si el sistema electoral fuera en Circunscripción Única y auténticamente proporcional, esta seria abrumadora.
Si esto se materializara, el gobierno resultante no respondería a mis criterios, no. Es mas, al día siguiente estaría interpelándole por que seguramente sus decisiones me parecerían insuficientes, erróneas o lesivas para las clases trabajadoras.
Hoy el pragmatismo puede ser la base para volver a luchar por la utopía.
Digo.
Vicente Serrano
Barcelona, 24 de julio de 2016
Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista
Autor de “El valor real del voto” (Ed. El Viejo Topo)
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