Hay días que Pablo Iglesias Turrión nos regala un texto para ponernos las pilas. Es empezar a leerlo y ya estas poniéndote en plan psicoanalista. Son momentos álgidos, donde se crece y su capacidad verborreica se desborda y nos anonada.
En el primer párrafo de su Reino del Orden acierta: las oligarquías están encantadas con la abstención del PSOE. Mas no parece que a él le hunda en una depresión lo que a los españolitos se nos viene encima, al contrario: está feliz y exultante. ¿Será, tal vez, porque piensa que eso le encumbra en jefe de la oposición? Unos duermen tranquilos (Rajoy) y otros encantados de conocerse (Pablo). ¿Cuanta parte de responsabilidad tiene Pablo Iglesias en la investidura de Rajoy? Era una estrategia calculada; vista su alegría así lo parece.
De su segundo párrafo poco que añadir. El crea las criticas, él se victimiza y se autodefine como la única opción contra la oligarquía. Es el centro del mundo. Lo confirma en el tercer párrafo: la hegemonía soy yo viene a decirnos y fuera de sus dominios (Podemos) no hay nada, ni contestación social, ni política.
Dicen que se ha hecho con un cargamento de “viagra” para cuando tenga que remojar sus barbas cipotudas, ya que aspira a ser padre fundador de una new age. No parece ajeno a la susodicha prosa cipotuda cuando afirmaba sus deseos de “azotar hasta que sangre” a la Montero. La Mariló supongo. De la Irene no dijo nada porque eso sería machismo. ¿Doble rasero?
Sus intervenciones durante la investidura de Rajoy han pivotado sobre este artículo. El problema es que la acertada enumeración de las desgracias sociales a las que nos ha abocado el PP no han tenido respuesta/propuesta política por su parte y con su egolatría y dejadez nos ha situado de nuevo ante un futuro que suena a pasado, a recortes y a sufrimiento social.
España no necesita una izquierda cuya máxima estratégica se base en Juego de Tronos o en un sainete mal ensayado. Ciertamente necesitamos una izquierda cuya prioridad sea la justicia social. Poco se puede hacer dejando, como ha dejado, Pablo Iglesias, que Rajoy sea presidente. Él solo juega si es el centro de la escuadra, si sobre él pivota todo, con un PSOE debilitado, a su izquierda, y unos nacionalistas encantados, a su derecha, sería “El amo del calabozo”. Un desnorte para las clases trabajadoras.
La opción de un gobierno de progreso para Pablo Iglesias es gatopardiana. Pero lo cierto es que ese pacto habría dejado fuera al PP y se podría estar hablando de reforma constitucional, de federalismo, y de mejoras sociales y laborales. No sería el asalto a los cielos pero seguro que todos habríamos respirado. Si no todos, la mayoría. Él, Pablo Iglesias Turrión, dijo que no. O yo o el caos. Propio de ególatras. Para tener sentido de estado, desde la izquierda, no se puede ser bipolar. Todavía no ha llegado el mesías, ni creo que llegue. Digo. Ni que decir tiene que Rivera se ha situado a la altura que merece: muy abajo, a la derecha. Fácil no era, pero visión de estado nula. Lo del PSOE un automartirio….
Parece que la solución a todos los males es reconocer la PluriCipotudez de España. Pablo denuncia el candado del 78 como los que pisan arenas movedizas y no paran de moverse hundiéndose cada vez más en ellas. Si uno de los grandes errores de las izquierdas españolas fue dar carta de naturaleza democrática al nacionalismo, él y Podemos están dispuestos a enfangarse del todo y con ello a condenar a la izquierda española a la inanidad.
Ojo con creer que España es de izquierdas. La realidad es que la derecha (VOX, UPyD, CC, PNV, CDC, C’s y PP sumaron 11.973.151 votos) obtuvo un millón largo de votos más que la izquierda (PCPE, RECORTES CERO-GV, PACMA, UNIDOS-PODEMOS y PSOE sumaron 10.837.586 votos), si a esos unimos los autodenominados “nacionalistas de izquierdas” (GBAI, BNG, EH Bildu y ERC, 872.577votos) que, a pesar de su “izquierdismo” siempre acaban apoyando a gobiernos de derechas en sus respectivos territorios –(El paradigma sería la ERC del zafio protofascista Rufián, gobernando junto a la corrupta Convergència en la Generalitat de Catalunya)-. La diferencia sube a dos millones y pico de votos a favor de las derechas. Aun contándolos como izquierda, está sería minoritaria.
Hoy la alternativa posible era un gobierno de progreso (PSOE, C’s y P’s, suma de 13.598.212 votos) Pero nuestros políticos universitarios no han sido capaces de verlo obnubilados ante la oportunidad de ser cabeza de ratón. Parecen pensar “Cuanto peor, mejor”. La pregunta es ¿mejor para quién? Para su liderazgo: puede. Pero para la mayoría de españoles que siguen sufriendo la crisis no. Para estos la perspectiva es de cuatro años más jodidos. No creo que la, improbable, moción de censura, que algunos barruntan, liderada por Pablo, con un PSOE dócil -imposible tras los aplausos al zafio y proto-fascista Rufián- y unos nacionalistas –avaros de privilegios-, sea una perspectiva deseable para la mayoría.
Pero, sirva para mi, para Pablo y para los socialistas: “errare humanum est, sed perseverare diabolicum” o dicho en llano: “el burro es el único animal que no tropieza dos veces con la misma piedra”.
En Monfragüe a 30 de octubre de 2016
Vicente Serrano
Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista
Autor de “El valor real del voto”
Publicado en: Crónica Popular
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