Acuérdate, mi amor, de echarte un porro,
pues el porro protege tu memoria,
la que el alzheimer hizo pepitoria.
El cáñamo es tu amparo y tu socorro,
te ayuda a no volverte más ceporro,
a no olvidarte de tu propia historia,
a no confundir perlas con escoria
ni lo esencial pasarte por el forro.
Ponte de cánnabis hasta el cogote,
que a sus efluvios toda tu alma flote
(no sé si estoy diciendo un disparate).
Prefiero verte, amor, hecho un drogata
que un ido que de nada se percata,
sin recuerdos y fuera de combate.
Jesús Royo Arpón. Barcelona-Spain
13.6.2015
Sé el primero en comentar en «El cannabis cura a ratones con alzheimer»