Ni más ni menos

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Desde que se inicio la campaña “Maltrato Cero” del/la “Ministeri@ de la Igualdad” no termine de entenderlo bien, algo no me cuadraba. Entendía que se daba por supuesto la superioridad del hombre contra la que se había que luchar. Superioridad que no acepto, ni entiendo y no quiero entender. A mi modo de ver dicha campaña le daba visos de legitimidad aunque le plantara cara. Buceando por Internet me topo con “subzeta” (1) que lo explica muy bien, y me saca de mi error, desmenuza la argumentación:

Teorema ministerial:
• Mujer: “De todos los hombres que haya en mi vida, ninguno será más que yo”
      > Luego: ningún hombre puede ser más que una mujer.  
• Hombre: “De todas las mujeres que haya en mi vida, ninguna será menos que yo”   
      > Luego: ninguna mujer puede ser menos que un hombre.
Corolario:  
• Una mujer puede ser igual o más que un hombre (pero nunca menos)
Y  
• Un hombre puede ser igual o menos que una mujer (pero nunca más).

El planteamiento de esta campaña responde al pensamiento débil y maniqueo con el que ZP nos tiene entretenidos desde el día en que accedió a la presidencia del gobierno: Puritanismo feroz, buenismo con nacionalistas y radicalismo estético aderezado todo ello con políticas económicas liberales.

El seudo-progresismo le hace ser tibio en reformas transcendentes como la nueva ley de divorcio del 2005. En el proyecto de ley “la custodia compartida” era la forma preferente de aplicación en el caso de existencia de hijos, pero la presión de los grupos feministas (“feministas de genero” según Cristina Hoff Sommers)(2) consiguió que tal posibilidad solo fuera posible con el acuerdo de ambos progenitores, es decir concede a la mujer el derecho de veto sobre la custodia compartida. Es evidente que existen padres irresponsables que no la desean, pero la realidad social es que esto permite a la mujer ser beneficiaria de facto del usufructo de la vivienda y asegurarse una pensión por hijos, que deja, de facto, en indefensión a aquellos hombres que quieren asumir totalmente su responsabilidad de padres, además de hurtar a los menores su derecho a recibir educación y cariño de ambos progenitores, necesidad en la que abundan la  nuevas teorías psicológicas actuales reflejadas en las leyes que sobre custodia compartida se han aprobado en Francia y EE.UU.

Este puritanismo rompe la igualdad consagrada en la Constitución haciendo distinción por razón de sexo al establecer mayor pena, por un mismo delito, a un hombre que a una mujer, en una ley que se denomina de violencia de género. Este nombre y esa ley simplifica de forma maniquea la complejidad de la violencia que se genera en la convivencia entre hombres y mujeres y no parece ayudar a reducir dicha violencia.

No podemos extrañarnos ante la campaña que abre mi comentario. Este gobierno no representa la necesaria ideología de izquierda progresista que abraza un “feminismo igualitario” que lucha por “una situación de imparcialidad y exenta de favoritismos”.

Evidentemente, entre un hombre y una mujer maltrato cero, porque ninguno es ni más ni menos que el otro.

Vicente Serrano Lobato
Barcelona, 19 de noviembre de 2009

Enlaces recomendados sobre este tema:
(1) Blog de Subzeta

(2) ¿Que es el feminismo de genero? Autor: Eugenio Dorao

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