La semana pasada estuve de paseo por algunos pueblos del maresme, es una comarca que encanta y que en alguna ocasión me plantee como posible residencia. Había carteles convocando a la participación en el referéndum, muchos. También había muchos animando a votar si a la independencia. Ninguno pidiendo el no.

Tal vez tengo cierta fijación con el franquismo y con el nacionalismo, pero lo cierto es que siempre veo coincidencias entre ambas “ideologías”. Veamos: en el referéndum de 1966 (yo tenia 7 años) solo se promovía el si, y ahora……… también.

¡Vale! hay diferencias.
Entonces era un referéndum legal convocado por un gobierno ilegal. Los de ahora son referéndums ilegales convocados ilegalmente por entes legales.

Entonces era cuasi obligatorio votar y ¿a ver quien se atrevía a votar no?. Por suerte ahora nadie esta obligado a asistir a participar en la parodia y los que no estamos a favor de la independencia preferimos tomar una cerveza con los amigos a perder el tiempo.

Ha sido un fracaso en la participación, menos del 30%, por supuesto la mayoría síes. El hecho importante es su ilegalidad, independiente del resultado y de la participación y esa es la clave que hemos de manejar. Su fracaso no es lo que invalida su deseo de independencia si no la ilegalidad de cualquier consulta que no este dentro de lo constitucional.

Y en estas consultas subyace un grave problema que nadie parece haber visto. Que uso darán los convocantes de los censos usados en estas consultas. ¿Pueden en un futuro usar contra los que no acudimos a votar dichos censos reclamándonos cuentas de nuestra desafección a la causa nacional?

Vicente Serrano
Barcelona, 15 de diciembre de 2009